EL SARCASMO: UN ARMA PELIGROSA
Dos de las armas más eficaces para destruir la comunicación de la familia son la ironía y la insolencia. Ambas son primas hermanas y conviven de mil formas en nuestra casa.
Creemos que son mejores que los gritos o las amenazas, que los insultos o la burla, pero no nos damos cuenta de que el sarcasmo hiere profundamente la autoestima de los niños (y de los padres), crea distancia entre ambos y distorsiona totalmente el mensaje que se quiere transmitir.
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